Los gritos se mezclan entre sí. Hay una palabra que se repite: “descuentos”, y está acompañada de 10%, 15% o 20%. Es como una competencia entre los comercios del centro de Valencia a la caza de clientes que esta semana han disminuido considerablemente.
Marta es vendedora de una tienda de ropa en el bulevar de la Constitución. Ella es experta en captar compradores y sus cuentas son claras. En los días previos a la Navidad podía concretar la venta de 30 piezas en un día, pero desde el lunes solo llega a cinco o siete.
Esto significa una caída de más de 75% en el negocio. Una cifra que es reiterativa en la mayoría de los locales como en el que trabaja María Rojas en la calle Colombia, muy cerca de la plaza Bolívar. Ahí ha pasado los tres días de esta semana parada afuera, invitando a quienes pasan por el sitio a entrar y ver las ofertas, pero no ha tenido mucha suerte.
“Las ventas están muy malas. Yo vendí mucha ropa infantil antes del 24, ahorita puede pasar un día sin que una persona compre algo”.
Ni las ofertas ayudan
Y es que ya no hay la aglomeración de personas en las tiendas ni en las calles del centro de Valencia, aunque hay descuentos considerables, sobre todo en piezas de niños y caballeros que han pasado de 20 o 15 dólares a 10.
“Yo pensé que esta semana sería buena porque hay buenas ofertas, pero no ha sido así”, expresó el vendedor Miguel Fermín, quien espera que el viernes, por ser quincena y un día antes de la celebración del 31 de diciembre, se reactiven las ventas.
“Ojalá sea como el 24, que no teníamos que buscar clientes afuera, sino que nos mantenían ocupados adentro de los negocios siempre full”.
Pero los potenciales clientes no están seguros de que sea así. Milagros Pulgar caminaba por el bulevar de la Constitución, la mañana de este miércoles, se paraba a ver zapaterías y seguía su camino. “Yo quisiera comprarme algo, pero no puedo, se hizo lo que se pudo para que los niños tuvieran su Navidad, pero ya para Año Nuevo repetirán los zapatos y pantalones, y solo les compraré unas camisas… Pero los adultos nada de nada, eso es un lujo”, dijo la mujer que es docente estatal.
Una opinión similar tiene Luisa Morillo, quien espera que llega el 30 de diciembre para hacer mercado. “Nosotros compramos solo juguetes del Niño Jesús, para más nada alcanza”.
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