La directora del Centro de Investigación en Ambientes Alimentarios y Prevención de Enfermedades Crónicas Asociadas a la Nutrición (CIAPEC – INTA) de la Universidad de Chile es un referente internacional en el estudio y desarrollo de políticas públicas para mejorar la alimentación. La científica fue una de las gestoras de la Ley de Etiquetado de Alimentos y durante 2022 fue distinguida con reconocimientos como el Premio a la Investigación 2022 de la Academia Chilena de Medicina y el Premio Dr. Nevin S. Scrimshaw de la Unión Internacional de Nutrición. En esta entrevista, realiza un balance de la Ley 20.606 a siete años de su implementación y proyecta los nuevos desafíos en la materia.
La Ley de Etiquetado chilena es pionera en el mundo, pues es la primera que combina intervenciones en el entorno alimentario. Esto significa que entrega información al consumidor a través del uso de un sello negro en los alimentos que son poco saludables y -simultáneamente- restringe su publicidad a niñas y niños menores de 14 años. También los protege en sus entornos escolares mediante la prohibición de que se entreguen, regalen o promocionen estos alimentos. Esta condición de combinar acciones en el entorno es lo que la hace única a nivel internacional.
Este histórico avance en la política alimentaria nacional, que ha sido exportado desde Chile a otros países del globo, se debe en gran medida al trabajo de la Doctora en Nutrición Camila Corvalán, directora e investigadora principal del Centro de Investigación en Ambientes Alimentarios y Prevención de Enfermedades Crónicas Asociadas a la Nutrición (CIAPEC – INTA) de la Universidad de Chile, junto a su equipo.
Soy una orgullosísima Hija de Bello…
La científica ha sido ampliamente distinguida por esta labor. Durante 2022, por ejemplo, obtuvo el Premio a la Investigación de la Academia Chilena de Medicina y el Premio Dr. Nevin S. Scrimshaw de la Unión Internacional de Nutrición, en reconocimiento a sus importantes aportes a la investigación y políticas públicas para el mejoramiento de los entornos alimentarios; así como por la formación de especialistas en el área. En esta entrevista con Prensa U. de Chile, agradece las oportunidades que su alma mater le ha entregado y destaca el rol que ha cumplido en mejorar la alimentación, salud y calidad de vida de las y los chilenos: “Soy una orgullosísima Hija de Bello”, afirma.
– A siete años de la implementación de la Ley 20.606 sobre la Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad, conocida como Ley de Etiquetado, ¿Cómo ha cambiado la conducta de las personas y mejorado la alimentación nacional?
Hemos podido observar que efectivamente hoy día las personas entienden mejor lo que comen. Eso significa que reconocen que los alimentos que llevan sello y que llevan más sellos son menos saludables, y que eso se refleja en un cambio de sus conductas en el momento en que escogen alimentos, especialmente cuando son alimentos nuevos, es decir, cuando me voy a cambiar, a comprar algo nuevo.
Lo que nosotros vemos es que las personas deciden en base a la presencia de ese sello o no. Eso se refleja, en términos generales, en que ha disminuido la venta de alimentos con sello, especialmente de los nutrientes que nosotros queríamos que disminuyeran en la población, que son el sodio, las azúcares y las grasas saturadas, que son nutrientes que se han relacionado con la aparición de diabetes, enfermedad cardiovascular, hipertensión y todas aquellas que matan a los chilenos.
– ¿Y en cuanto a la regulación publicitaria?
Hemos visto también que las restricciones de marketing han funcionado. Hoy día los niños chilenos están expuestos a casi la mitad de la publicidad de alimentos poco saludables comparado con lo que ocurría antes de la implementación de la ley. Y hemos visto también efectos muy positivos a nivel de los colegios. El programa de alimentación escolar se reformula, disminuye toda la oferta de estos alimentos poco saludables, se eliminan, y eso ha significado que, particularmente en los espacios escolares, nosotros veamos reducciones importantes del consumo de sodio, grasas saturadas, azúcares. Así que en realidad nuestras evaluaciones muestran resultados muy positivos, por supuesto insuficientes, que deben ser complementados con otras acciones que ojalá ocurran en los próximos años.
– Esta normativa restringió también los regalos y otras estrategias de venta dirigida a infantes
Sí, de hecho la restricción de publicidad que implementa la Ley de Etiquetado es la más global que existe a nivel internacional. Esto porque, por un lado, se restringió lo que nosotros entendemos como publicidad, lo que aparece en la tele, lo que vemos en los afiches, en los paquetes de estos alimentos que son poco saludables.
Pero, adicionalmente, la ley contempla también regular estos otros aspectos que a veces no reconocemos tan bien como publicidad, pero que son publicidad, que es que le pongan una princesa, animé o que aparezcan monitos que atraen la atención de los niños, que les regalemos juguetes o que les invitemos a participar en un concurso. A veces esas estrategias que reconocemos menos son igual o más importantes que simplemente pasar la publicidad de un alimento.
Así que es muy positivo el hecho de que la regulación chilena sea de las más globales. De nuevo, por supuesto, nos quedan desafíos pendientes. Todo lo que ocurre en el mundo digital hoy día se ha vuelto un desafío en relación a lo que queremos regular sobre alimentación saludable.
– Este conocimiento lo hemos exportado a países como México, Perú, Uruguay, Israel. Y otros, como Brasil, Argentina y Colombia, están en fases avanzadas en la discusión legal ¿Qué le parece esta recepción?
Sí, de todas maneras. Este comentario de que la ley es pionera es genuino, es real. Ha significado que mucha gente ha venido a aprender lo que se está haciendo en Chile y que también en muchos países se están haciendo avances. Los resultados positivos han mostrado que este es el camino que hay que seguir. Esto de ponerle un sello que advierta que este alimento no es bueno, que hay que consumirlo con moderación, ha sido un aprendizaje asumido. Hoy día vemos sellos de este tipo en Argentina, en Uruguay, en Perú, en México. Canadá prontamente va a lanzar un modelo similar, Brasil. Y la verdad es que Chile se ha vuelto un modelo en relación a estas modificaciones del entorno que buscan promover una alimentación saludable en la población.
Y esa es la gran gracia del modelo chileno, que en el fondo entregamos una señalética que es simple y sencilla. Nosotros hemos mostrado que independiente del nivel educacional todas las personas lo comprenden. Estudios posteriores en todos estos otros países que han seguido el modelo chileno, han confirmado que mientras más sencillo, más directo el mensaje y mucho más fácil para la población comprender lo que tienen los alimentos.
– ¿Cómo estamos en Chile hoy en el área de la nutrición?
Bueno, es un panorama complejo, lleno de desafíos. Ustedes saben, Chile, es uno de los países que tiene las cifras más altas de obesidad, particularmente en niños, lo cual es preocupante, también hay cifras muy altas en mujeres adultas. En Chile las principales causas de enfermedad y de muerte están relacionadas con una mala alimentación. Es el principal factor por el cual, en el fondo, enfermamos y morimos los chilenos.
Y se proyecta en un contexto de crisis alimentaria, en el que además este exceso de peso probablemente se va a juntar con déficit de micronutrientes, que son los que nosotros obtenemos de alimentos como los pescados, las carnes, los vegetales, la fruta. Hoy sabemos que la confluencia de exceso de peso con déficit de micronutrientes nos predispone aún más a estas condiciones que enferman y matan hoy a los chilenos. Por lo tanto, hay un montón de desafíos en términos de que este debiera ser un foco de acción para el Gobierno en relación a la prevención y la promoción de salud.
– Las condiciones económicas han elevado el costo de la vida y la canasta básica es una de las más afectadas ¿Cómo ve esta inequidad en el acceso?
Es un desafío en términos de equidad. Nosotros ya sabemos que la diferencia en la prevalencia de obesidad hoy, antes de la crisis alimentaria, es escandalosa, es inaceptable. Tenemos más del doble de prevalencia de obesidad en sectores de menor ingreso o diferencia por sector urbano-rural y probablemente la crisis alimentaria va a incrementar esa brecha, pero también hay un montón de oportunidades. Chile tiene un sistema de Salud Público a través de todo el territorio, tiene programas de alimentación montados por los cuales nosotros deberíamos ser capaces de llegar justamente a quienes más lo necesitan con acciones que permitan acortar esa brecha.
Una de las principales gracias de la Ley de Etiquetado es que le ha llegado a todos independiente de su nivel socioeconómico. Nosotros mostramos que, independiente de tu nivel de educación, las mejoras que observamos en los colegios por estas restricciones de marketing, incluso con el etiquetado, le han llegado a toda la población. Entonces, lo importante de recordar es la necesidad de que implementemos estas acciones que le llegan justo a quienes queremos que le lleguen, porque el resto está haciendo los cambios, está pudiendo cambiar su alimentación, está pudiendo ejercitarse, está pudiendo revertir. El desafío que tenemos como país no solo es mejorar la nutrición, sino que acortar la brecha en los problemas nutricionales que tenemos.
El rol de la U. de Chile en el entorno alimentario
– ¿Cómo ha aportado la U. de Chile a estos avances en la nutrición y salud de la población?
Bueno, yo creo que la Universidad juega un rol sumamente relevante en todas las etapas de cambio en relación a la política alimentaria. Creo que uno tiene una responsabilidad muy importante en instalar temas. Ha sido pionera en mostrar, por ejemplo, estas brechas socioeconómicas, en señalar que es importante movernos desde acciones individuales a un modelo que sea más estructural como este de la Ley en que regulamos el marketing, regulamos la información, regulamos la disponibilidad.
La Universidad ha jugado un rol muy importante en proveer evidencia, mostrando, señalizando lo que hay que hacer. Creo que también ha jugado un rol muy importante en el diseño de estas políticas. Parte del desafío que tenemos es que no podemos importar experiencias de otros lados, sino que las tenemos que crear, diseñar. Y ahí la Universidad, con su transdisciplina, con sus diferentes centros, tiene la capacidad de apoyar al gobierno en generar las mejores propuestas a partir de la evidencia disponible. Y así lo ha hecho. Académicos de diferentes centros han contribuido en el diseño a estas políticas y creo que tiene un rol muy fuerte en evaluarlas de forma desinteresada, sin conflictos de intereses, visualizando justamente quienes se nos están quedando atrás y cuáles son entonces las áreas en las que debemos intensificar o modificar las acciones o complementarlas. Creo que la Universidad en este tema, al igual que en muchos otros, está al servicio del país y de las mejoras en nutrición y salud de la población.
– Ud. es médica de la U. de Chile, hizo el magíster en la misma casa de estudios y ha trabajado toda la vida en su alma mater ¿Qué significa para usted la Universidad?
Yo soy una hija orgullosísima de Bello. Yo escogí estudiar en la Universidad de Chile, he escogido hacer el pregrado, escogí trabajar acá porque efectivamente siento que este es el espacio donde se deben generar las políticas públicas y la evidencia para mejorar el bienestar de la población. Me siento muy orgullosa de ser parte de esa misión. Creo que las universidades cumplen un rol estratégico en los países, particularmente en aquellos con bajos recursos en los que tenemos estos problemas de inequidad importantes. Y pienso que la forma efectivamente de avanzar es invertir en este tipo de espacios como el que tiene la Universidad en el CIAPEC. Así que es un orgullo pertenecer a esta Universidad. Con Información e Imagen del aliado informativo; la Voz de América (VOA) –#SNNV – #7Mar #VenprensaInforma